El famoso Bicentenario
Hace poco menos de una semana, Chile celebró su bicentenario y para conmemorar tan magno evento, se decretó feriado nacional los días 17 y 20 de septiembre, está última fecha con carácter de obligatorio. Precisamente con este feriado, es que se desarrolló una gran polémica en torno a la conveniencia y legitimidad de esta decisión. Estudios han demostrado que el 20% de las ventas de supermercados y hasta el 25% de los ingresos de los malls, se realizan los días domingo. Cada día feriado, tiene para el país un costo de $100.000 millones, por ende, esta celebración costó aproximadamente $500.000 millones. Por lo tanto, creo que el decretar feriados los días 17 y 20 no fue una medida conveniente para nuestro país.
En primer lugar, estamos en un año de crisis, en donde fuimos azotados por un terremoto el 27 de Febrero, y por lo mismo, el país necesita producir para reactivar su economía, y así, las regiones más afectadas, como la séptima y la octava, puedan volver poco a poco a su ritmo normal de trabajo y más aun, las familias puedan estar más estables económicamente hablando. Por lo tanto, el tener tantos días feriados significó grandes pérdidas monetarias para el país, lo cual, no favoreció en absoluto su economía y con mayor énfasis, la de éstas regiones.
Otra gran razón por la cual no fue conveniente tuvo relación con el desabastecimiento de la población, al cerrar los supermercados por tres días, impidiendo que los consumidores pudieran abastecerse de alimentos durante el fin de semana. Además, uno tiende a pensar que todos los chilenos tienen la capacidad de realizar sus compras antes del festivo, pero la realidad de nuestro país fue otra, y sabemos que la mayoría de nuestros compatriotas no compró los alimentos con una semana de anticipación, puesto que muchos se financiaron con los aguinaldos, los que recién fueron pagados el día jueves 16.
El bicentenario, fue un episodio único en la historia de Chile, por lo que era importante que en fechas como estas se resaltara la identidad nacional, que los chilenos se sintieran parte de la historia y que hicieran suyo este bicentenario. La resolución de este feriado, permitió que todos los chilenos disfrutaran y celebraran éste bicentenario, incluso para aquellos que viven en las zonas afectadas por el terremoto, fue un periodo de alegría y distracción, favoreciendo el reencuentro familiar.
Finalmente, creo que los días festivos, económicamente hablando, no fueron tan beneficiosos, debido a las grandes pérdidas que éstos significaron para la economía nacional. Sin embargo, creo que también fueron convenientes, ya que propiciaron instancias de distracción y encuentro familiar para muchos chilenos, pudiendo celebrar como corresponde el bicentenario. En síntesis, es necesario crear instancias para que los chilenos se sientan identificados con la historia de nuestro país y además disfruten con la familia, pero tampoco debe convertirse en una ley para todos los años.